viernes, 25 de mayo de 2007

LA MIRADA DE UN ESPAñOL EN DARFUR

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Lo que me ha impactado es la mirada y las manos del niño. Sobran las palabras.


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Miércoles, 23 de mayo de 2007

ÓSCAR SÁNCHEZ-REY, ENFERMERO DE MSF
LA MIRADA DE UN ESPAñOL EN DARFUR

El trabajador humanitario ha pasado cerca de siete meses en el
campo Shangil Tobaya

YASMINA JIMÉNEZ (elmundo.es)

En Darfur, Sudán, existe una ley no escrita: "El hambriento
que ve a alguien comiendo se sienta y come". El problema
surge cuando un conflicto arrasa los cultivos y obliga a los
civiles a desplazarse dejando atrás sus hogares y su medio de
sustento. Óscar Sánchez-Rey, natural de Ciempozuelos (Madrid) y
ciudadano del mundo desde que se alistó en las filas de Médico
Sin Fronteras (MSF), cuenta la historia del pueblo de Darfur
sacudido por la guerra a través de sus fotografías.

Enfermero por vocación y fotógrafo por afición, Sánchez-Rey,
después de pasar seis meses y medio en el campo de Shangil
Tobaya en la región sudanesa, asegura que, afortunadamente, la
desnutrición ha dejado de ser una de las patologías principales
de esta población. Más de 120 trabajadores locales y siete
trabajadores humanitarios internacionales de MSF se ocupan de
mantener a raya las enfermedades que acechan a las 28.000
personas que viven en Shangil Tobaya y sus alrededores.

A sus 31 años, Óscar no quería dejar pasar aquel sueño por el
que inicio sus estudios de enfermería: "Ir a África y curar a la
gente". Y así fue como aterrizó en una de las organizaciones
humanitarias y sanitarias más importantes del mundo. Óscar pasó
por Siria, el Líbano y trabajó durante un año en Angola antes de
acabar en el sur de Sudán, y más tarde en Darfur.

Después de finalizar su misión en esta zona de África, ha
regresado a España con la ilusión de volver cuanto antes. Hace
más de 20 días que aterrizó en suelo madrileño y todavía habla
de Darfur como si hubiera estado allí esta mañana. "Me levantaba
temprano, desayunaba bien para aguantar el calor del día y me
iba a trabajar al hospital, como un trabajo aquí", en España,
afirma para resumir un día de trabajo en el campo. Unos mínimos
de seguridad

Tarda más de media hora en empezar a recordar esas vivencias que
hacen del país africano un mundo diferente a la rutina española.
"Un helicóptero nos soltaba por la mañana y nos recogía por las
tardes para sacarnos del campo", asegura recordando esas
temporadas en las que la seguridad no ha estado garantizada ni
para el personal humanitario.

El derecho internacional protege a la población civil y a los
trabajadores humanitarios. Sin embargo, en los conflictos
actuales se violan leyes y derechos sin temor a los organismos
internacionales. "No somos héroes, ni súper hombres, ni nada de
todo eso. Somos gente normal y necesitamos unas garantías
mínimas de seguridad", afirma Sánchez-Rey para justificar las
evacuaciones.

El conflicto de Darfur estalló en febrero de 2003 cuando dos
movimientos rebeldes se alzaron en armas para protestar contra
la pobreza y marginación de la zona, fronteriza con Chad, y por
el control de los recursos naturales. Unas 200.000 personas han
muerto desde entonces.

A Óscar tampoco le es ajena esta realidad que ha dejado tantas
víctimas y secuelas por todo el país, y sin embargo se muestra
optimista, tranquilo y con la fortaleza que otorga la
consciencia de haber sido útil. "Nosotros atendemos situaciones
concretas en momentos de emergencia", dice para explicar como
Médicos Sin Fronteras lucha contra estas crisis intentado
aliviar las consecuencias centrándose siempre en el futuro
inmediato. La mayor operación de ayuda humanitaria

"Nuestras instalaciones son temporales o semi-temporales, cuando
todo esté mejor ya no haremos falta aquí y nos marcharemos",
asegura el enfermero basándose en su propia experiencia. La ONG
cerró sus proyectos en Angola, después de más de 20 años en el
país, cuando el trabajo de emergencia de la organización ya no
tenía ningún sentido allí. "Angola ahora ha empezado a avanzar
por su cuenta".

Actualmente, Sudán está lejos de alcanzar la situación de los
angoleños. Más de dos millones de personas, un tercio de los
habitantes de Darfur, han sido desplazadas de sus hogares desde
2003, lo que ha motivado la mayor operación de ayuda humanitaria
en el mundo, según los datos de la ONU. A pesar de todo, Óscar
recupera su tono esperanzador porque él ha visto de cerca que
"las llegadas al campo se han reducido, no han cesado porque
todas las semanas llegan una o dos familias, pero ya no es como
antes".

De los sudaneses, Óscar se queda con su fortaleza y con su
talento para enfrentarse a las adversidades. "Somos unos
privilegiados por conocer a esta gente, que te atiende y te
acoge en las peores circunstancias, a las que se enfrentan con
soluciones creativas y tratando de vivir un día a día alegre".
La hospitalidad en Sudán forma parte también de esas leyes no
escritas que difuminan las desgracias.

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noticia

http://www.elmundlo.es/elmundo/2007/05/23/solidaridad/1179944547.html

reportaje fotográfico

http://www.elmundo.es/albumes/2007/05/23/darfur/index.html

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