viernes, 28 de septiembre de 2007

Ahora Pensilvania (Cintra)


Los grupos españoles se lanzan a por una de las mayores privatizaciones de EEUU
Pensilvania convoca un concurso para adjudicar su red de autopistas de 21.200 millones
Alfonso Pérez. Madrid. Llegó la hora de la verdad. Tras más de un año de trámites, el Gobierno del estado de Pensilvania se ha decidido finalmente a privatizar su red de autopistas, que suman un total de 860 kilómetros. Puesta en marcha en 1940, la conocida como Pennsylvania Turnpike, es una de vías más antiguas de los Estados Unidos y eje vertebral del transporte del país. Según fuentes conocedoras del proceso, el valor de estas autopistas en la subasta puede alcanzar los 30.000 millones de dólares (21.200 millones de euros), lo que le convierte en la mayor privatización realizada hasta la fecha en el norte del continente americano. Para hacerse una idea de la envergadura de la operación, esta cifra equivale a lo pagado por Ferrovial para hacerse con BAA (incluida la deuda).

Un apetitoso pastel que ha despertado gran expectación entre las principales constructoras y concesionarias españolas, que en los últimos años se han convertido en las grandes dominadoras a nivel mundial del negocio de las concesiones de infraestructuras. Empresas como ACS, Cintra, Abertis, FCC, Sacyr Vallehermoso, Acciona u OHL están estudiando el proyecto de cara a la fase de precalificación que tendrá lugar el próximo lunes a mediodía. Será la primera etapa en el camino de un faraónico concurso que colocará al ganador en una posición privilegiada para seguir creciendo en el futuro.

“Se trata de una gran empresa y un buen negocio”, afirman desde una de las grandes constructoras consultadas. El pasado año, 186 millones de vehículos utilizaron la Pennsylvania Turnpike, que cuenta con 2.300 empleados e ingresa por peajes 607 millones de dólares (429 millones de euros). Es decir, ingresa tanto como, por ejemplo, Itínere o la mitad que Cintra, que tiene 23 autopistas.

Precisamente, esta última es una de las principales candidatas a hacerse con la Turnpike, conocida como la primera gran superautopista de America. La filial de Ferrovial es la concesionaria española que más éxito ha cosechado hasta la fecha en Norteamérica. En 1999, se hizo con la autopista 407 ETR de Toronto (Canadá) y en 2004 puso un pie en EEUU, con la adjudicación de la Chicago Skyway, por 1.500 millones. Era la primera autopista que se privatizaba en los EEUU. Desde entonces, ha ganado otras dos concesiones —en Indiana y Texas— y se ha convertido en socio estratégico de este último estado para el desarrollo de un faraónico corredor de infraestructuras. En Cintra reconocen su interés por el proyecto y admiten que están estudiando los pliegos de licitación.

Otros interesados
FCC es otro de los que está estudiando el proyecto con detenimiento a través de Global Vía, la concesionaria que constituyó este año junto a Caja Madrid. Para FCC —que además tiene una planta cementera en Pensilvania, en la que está invirtiendo más de 200 millones—, el mercado estadounidense es estratégico. Especialmente, en lo que al negocio de las infraestructuras del transporte se refiere. En los dos últimos años ya ha pujado sin éxito por el tunel de Miami, valorado en 1.000 millones, o la Indiana Toll Road, que finalmente se llevó Cintra por 3.300 millones. En estos momentos, puja también por una autopista en Colorado.

ACS también se está volcando en el mercado estadounidense, al igual que su participada Abertis. Y ambos, según confirman fuentes de las dos empresas, están interesados en la Pennsylvania Turnpike y estudian pujar por ella, aunque hasta el último momento no tomarán una decisión definitiva. Lo mismo ocurre en el caso de Sacyr Vallehermoso, OHL —que el pasado año compró dos constructoras en Florida— o Acciona.

Dudas
Sin embargo, hay algunos aspectos del concurso que generan dudas en estas empresas. Uno es las elevadas pretensiones económicas del Estado y el encarecimiento que están sufriendo este tipo de privatizaciones en EEUU.

Como mínimo, según el Departamento de Transporte de Pensylvania, estas autopistas requieren una inversión cercana a los 6.000 millones de euros en los próximos diez años. Pero, según los expertos, esta cifra se va a quedar corta. “Con los múltiplos que se manejan en el mercado para este tipo de activos, el que quiera hacerse con estas autopistas tendrá que desembolsar entre 10.000 y 30.000 millones de dólares (7.070 y 21.200 millones de euros, respectivamente), casi 50 veces más que sus ingresos. Es una cifra como para pensárselo dos veces”, reconocen desde una de las constructoras interesadas.

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