domingo, 30 de diciembre de 2007

Lo que el viento se llev�/ EL MUNDO

Lo que el viento se llev�/ EL MUNDO

La sabiduría popular alerta sobre «las barbas del vecino» y conviene por ello mirar a Estados Unidos que es donde se pinchó la burbuja inmobiliaria y donde, de costa a costa, empresas e individuos están pillados por el ladrillo. Desde hace tiempo se habla de la cálida y vibrante España como la California y la Florida de Europa. ¿Qué ocurre en estos lugares vecinos? El Wall Street Journal se ha ocupado de los efectos del tsunami de la crisis crediticia en Corona, una ciudad dormitorio creada antes de ayer entre Los Angeles y San Diego y ahora arrasada por ese dúo dinámico de temor y de codicia que es el que mueve los mercados y el que se lleva todo por delante cuando la cosas vienen mal dadas. El New York Times se ha fijado en otro emplazamiento, este vacacional de clases acomodadas, llamado Cape Coral en Florida. En ambos lugares, al final, quedan pillados prácticamente todos. En Cape Coral un sujeto llamado Kevin Jarrett se compró el año pasado un chalé por más de medio millón de euros tres años después de haber dejado su empleo de funcionario para convertirse en especulador inmobiliario. Jarrett se aprovechó de los tipos bajos y cada adquisición servía para comprar la siguiente casa y alquilar la anterior. Y la burbuja hizo plaff. Jarrett espera, con suerte, ingresar 50.000 dólares en 2008, y necesita 17.000 dólares mensuales para hacer frente a las hipotecas que ha ido acumulando. Tal era la demanda en el condado para el bien renumerado trabajo de transportista de construcción que los colegios locales a duras penas podían contratar conductores para los autobuses escolares.Ahora hay 14 candidatos para cada uno de estos puestos.

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